Durante la Semana Santa del año pasado, se registraron más de 16,4 millones de desplazamientos de largo recorrido, y se espera que este año sea similar. Ante la gran movilidad prevista en los próximos días, es importante subrayar la importancia de asegurarse de que el automóvil esté en óptimas condiciones para estos trayectos, sobre todo teniendo en cuenta la antigüedad del parque automovilístico español.
Un automóvil envejecido suele carecer de muchos sistemas de asistencia a la conducción, por lo que es crucial que esté en buen estado. De hecho, según datos de la DGT, el riesgo de sufrir lesiones graves o fatales se duplica en accidentes que involucran vehículos de 10 a 15 años de antigüedad en comparación con aquellos que tienen menos de 5 años. Si el conductor ha mantenido adecuadamente su vehículo durante todo el año, será suficiente con una rápida revisión.
El automóvil estará listo si supera esta verificación rápida:
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Neumáticos: Comprobar que no presenten bultos, cortes o deformaciones inusuales, así como revisar el desgaste y la profundidad del dibujo, que no debe ser inferior a 1,6 mm. Se recomienda cambiar los neumáticos si la profundidad es inferior a 3 mm, ya que aumenta el riesgo de reventón. Además, verificar el inflado, que debe ajustarse según la carga.
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Batería: Si el automóvil muestra dificultades al arrancar, emite un chasquido al girar la llave o las luces interiores pierden intensidad, es recomendable revisar o reemplazar la batería si es necesario. Se ofrece la opción de llevar e instalar la batería a domicilio a través del servicio Easy Battery.
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Niveles de líquidos: Verificar el nivel adecuado de aceite, anticongelante, líquido de frenos, limpiaparabrisas y líquido de dirección asistida, rellenándolos si es necesario.
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Frenos: Comprobar que no haya ruidos extraños, que el pedal de freno no esté esponjoso y que la distancia de frenado no se haya incrementado, verificando el estado de discos y pastillas.
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Filtro de aceite: Cambiarlo al menos una vez al año y revisar también el filtro del habitáculo y el de aire.
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Luces: Asegurarse de que todas funcionen correctamente y ninguna esté fundida, además de verificar que estén bien ajustadas.
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Aire acondicionado: Comprobar su correcto funcionamiento, revisando la temperatura y evitando malos olores. Se recomienda recargar el aire cada dos años de forma preventiva.
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Sistemas electrónicos: Verificar que no haya testigos encendidos en el tablero, optando por una diagnosis electrónica en caso de fallo.
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Revisión visual: Inspeccionar que el automóvil no tenga golpes importantes que puedan comprometer la seguridad, especialmente si ha estado involucrado en un accidente de tráfico.
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Prueba en circulación: Prestar atención a sonidos inusuales, colores del humo del escape, olores poco comunes y comportamientos anómalos del vehículo.
Es crucial hacer hincapié en la importancia de cargar el equipaje correctamente, evitando la sobrecarga del vehículo y asegurándose de que ningún objeto sobresalga de la plataforma del mismo. Se recomienda utilizar elementos de transporte como remolques, portabicicletas o maleteros de techo para facilitar esta tarea.